La Marea Rosa y la lucha ficticia contra el cáncer en Durango | Inseguridad y anarquía prianista | Acapulco: el hundimiento de Morena

 

 

  • La Marea Rosa y la lucha ficticia contra el cáncer en Durango.
  • Inseguridad y anarquía prianista.
  • Acapulco: el hundimiento de Morena.

Este fin de semana la presidenta del DIF estatal de Durango, Marisol Rosso, y el gobernador priista, Esteban Villegas, encabezaron eventos en La Laguna y en la capital duranguense para recabar fondos que serán utilizados contra el cáncer de mama. Estas actividades lograron recaudar 890 mil pesos.

Si al gobernador de marras y a su esposa realmente les preocuparan las penurias que atraviesan quienes padecen cáncer, sobre todo las niñas y niños duranguenses, desde que llegaron al poder ya habrían hecho lo necesario para aplicar la “Ley Maturino”, una ley que existe pero es letra muerta en Durango.

890 mil pesos recaudaron el gobernador bananero priista, Esteban Villegas, y su esposa, la presidenta del DIF, Marisol Rosso, en las actividades de la Marea Rosa contra el cáncer de mama.

Entrada en vigor desde mayo de 2021 a iniciativa del entonces diputado local Carlos Maturino, esta ley obliga a la secretaría de Finanzas a retener el 5 al Millar en todas y cada una de las facturas que el gobierno del estado de Durango pague por contratos u órdenes de compra; es decir, que de todos los pagos que el gobierno estatal hace por concepto de adquisiciones, arrendamientos y servicios se debe descontar al proveedor el 5 al Millar. La secretaría de Finanzas y Administración del Estado de Durango tiene la obligación legal de retener esta cantidad y depositarla en el Fondo de Ayuda para el Tratamiento de Cáncer Infantil, que fue creado para este fin, y enterar al DIF estatal, para que esta institución canalice esos recursos y beneficie directamente a las niñas y niños con cáncer.

De acuerdo a cálculos realizados por personal de la secretaría de Finanzas, si esta ley se hubiera aplicado desde que entró en vigor, tan solo en el último año del gobierno aispurista y en lo que va de este sexenio villeguista el gobierno duranguense habría recabado la nada despreciable suma de 16 millones de pesos.

La auditora carnala, Diana Gaitán, antigua compañera de fechorías del gobernador bananero priista, Esteban Villegas, es la principal responsable de que no se aplique la “Ley Maturino” en beneficio de niñas y niños con cáncer.

Los responsables de esta grave omisión son las titulares de la secretaría de Finanzas, Bertha Cristina Orrante, y la auditora carnala, Gabriela Gaitán, titular de la Entidad de Auditoría Superior del Estado, quien, de acuerdo a la “Ley Maturino”, debe vigilar y fiscalizar que las retenciones del 5 al Millar se lleven a cabo y se apliquen.

Pero en Durango las leyes se hicieron para ser violadas e ignoradas por quienes gobiernan.

A la diputada morenista corrupta, Sandra Amaya, no le interesa si se aplica o no la “Ley Maturino”, ella anda muy ocupada promoviendo su imagen en redes sociales pues quiere ser senadora.

¿Y que hace al respecto el Congreso con su presidenta de la JUCOPO de “oposición”, la diputada morenista corrupta Sandra Amaya? Por lo que se ve, esta, legisladora no hace absolutamente nada, pues su obsesión principal es adquirir valiosos inmuebles, dentro y fuera de Durango.

Fueron ocho cadáveres los que el sábado pasado aparecieron regados en las calles de la cabecera municipal de Tamazula, Durango, y, de acuerdo a lo publicado en medios nacionales, al parecer los occisos serían oriundos de Culiacán. Este caso se suma a la inseguridad total que se vive en los municipios aledaños a Nayarit y Zacatecas, en donde las corporaciones de seguridad estatales brillan por su ausencia y el crimen organizado es el poder de facto.

Ocho muertos regados en las calles de Tamazula y cientos de desplazados por la inseguridad que se vive en municipios colindantes con Nayarit y Zacatecas, son el reflejo de la ineptitud del gobierno priista encabezado por Esteban Villegas.

Y la tragedia de Acapulco, acaecida el pasado miércoles 25 de octubre, podría significar el hundimiento político-electoral del partido Morena, toda vez que han tomado más fuerza y consistencia los señalamientos de negligencia por parte del gobierno federal lopezobradorista, en el sentido de que no actuó con profesionalismo alertando a la población guerrerense en tiempo y forma sobre lo que sucedería con la llegada del huracán Otis.

Y es que desde casi 24 horas antes el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos ya había notificado la peligrosidad de Otis, pero de manera inexplicable el gobierno lopezobradorista no extremó las precauciones alertando por todos los medios a la ciudadanía para que se protegiera debidamente o evacuara el puerto de Acapulco.

López Obrador, negligencia, reacción tardía y nulo acompañamiento a los guerrerenses en la tragedia del huracán Otis.

Los resultados en pérdidas de vidas serán difíciles de cuantificar y lo que vino posteriormente ha resultado igual de lamentable, pues la devastación total del puerto de Acapulco ha provocado anarquía, inseguridad y hambre por la reacción lenta o nula del gobierno federal para facilitar la llegada de ayuda de la ciudadanía y de organizaciones sociales.

La indignación y enojo contra el gobierno de López Obrador por parte de la población guerrerense afectada se ha manifestado viralmente en todas las redes sociales.

Muchas vidas pudieron haberse salvado si el gobierno lopezobradorista y la administración estatal morenista de Guerrero hubieran actuado con prontitud y profesionalismo.

A esto se agrega la actitud deplorable que ha adoptado el mandatario tabasqueño, quien lejos de atender la catástrofe directamente en Acapulco, acompañando a este pueblo porteño, decidió seguir haciendo su eterno proselitismo electorero yéndose de gira al Estado de México y continuando con su detestable conferencia propagandística mañanera.

No se debe olvidar que el terremoto de 1985 representó el comienzo de la debacle del PRI; hoy, lo sucedido en Acapulco puede significar la caída de Morena.

Hasta aquí nuestra Tarde de perros con gobernadores omisos y presidentes de la República peligrosamente irresponsables.