El señor de los cielos
Ahora que se conoce que el socio del inglés es el yerno de Carlos Slim, nadie duda que los ricos ricos son los que controlan el poder en este país. Hoy en día los políticos, los funcionarios, los policías, los paramilitares, y creo que hasta los delincuentes desorganizados y los grandes capos de las mafias son sus achichincles, así que sabiendo que existe en el gobierno la verdadera delincuencia organizada, también es lógico que muchos de los jefes de jefes tengan, como en la delincuencia común, claves para saber de quién se trata, así, Carlos Slim ha sido bautizado por muchos como: EL VERDADERO SEÑOR DE LOS CIELOS.
Nadie pone en duda su capacidad de entrar en sociedad y complicidad con los políticos de este país, se estrenó y se entrenó con uno de los políticos más brillantes y capacitados que lograron incursionar en la “modernización y globalización”, que no es otra cosa que entregar los recursos y los fondos públicos a los grandes financieros y los grupos de inversionistas internacionales, encabezados por los norteamericanos. Desde los “bajos fondos” de TELMEX se forja una enorme fortuna que algunos señalan está protegida por Don Carlos, de tal suerte que el mismo Fidel Castro señalaba en alguna ocasión, cuando se hicieron las grandes inversiones en Cuba por parte de la telefónica de Slim, que él solamente respetaba a tres Carlos: a Marx, Salinas y Slim. Y eso que Fidel Castro no ha logrado, como el presidente Maduro, hablar con los pajaritos, porque es seguro que solamente fumaba puros cubanos y no los cigarrillos que ahora promueven Vicente Fox y algunos otros ex presidentes para impulsar el “desarrollo” de las zonas marginadas del campo mexicano. Teniendo en la mayor pobreza a los campesinos que aún quedan muriéndose de hambre en las comunidades alejadas de dios, es mucho más fácil que éstos acepten sembrar marihuana y amapola, transportar la droga, aceptar en pago algunas latas para no morir de hambre, cuidar las siembras y hacer las labores de los sicarios. De esta manera las drogas se han abaratado, de tal suerte que siguen siendo un enorme negocio.
Así, el “rey Midas” de Don Carlos Slim, además de los muchos negocios que tiene, ahora entra de lleno a las ligas mayores de la construcción alentando y protegiendo a su yerno, el arquitecto Fernando Romero, casado con su hija Soumaya, y quién está asociado con el arquitecto inglés Sir Norman Foster. El negocito de la construcción del nuevo aeropuerto costará, si bien nos va a los contribuyentes mexicanos, 120 mil millones de pesos. Y bueno, de acuerdo a las revistas de los ricos muy ricos, don Fernando Romero, declara, para que no queden dudas, que su señora esposa es su “material y apoyo para cambiar la cara de México”, y algunos mal pensados creemos que no solamente nos cambiará la cara sino también el modo de andar, porque las chingas que se nos avecinan a los miembros del infeliciaje nacional no serán menores.
Conociendo el mecanismo donde los políticos, los funcionarios, los financieros y los “empresarios” utilizan los fondos y recursos públicos, que supuestamente son para todos, para hacer sus grandes negocios privados con el cuento de la modernización, yo me pregunto: ¿a quién beneficia el que tengamos uno de los más modernos aeropuertos? Pues solamente a los especuladores inmobiliarios, a los inversionistas, a los grandes hoteleros, a los dueños y estafadores de las aerolíneas y a los banqueros; a nosotros nos dejarán tener o contar con algunos empleos de meseros, barrenderos, amas de llaves, cantineros, choferes y guardaespaldas… Y nada más, los negocios son para los que saben y tienen las relaciones, las complicidades y las corruptelas con los que gobiernan; los miembros del infeliciaje nacional nos quedamos jodidos, si bien nos va. Y para que lo entendamos, nosotros los mexicanos pagaremos la construcción, daremos gratis las doce mil hectáreas, pagaremos las autopistas y las obras de infraestructura donde se construirá la ciudad aeroportuaria, porque no crea que solamente será el aeropuerto, sin más obras que la cobijen; y para joderla, cuando esté terminado se dará en “venta” a un grupos de inversionistas, como están ahora todos los aeropuertos del país; nosotros pagamos y ellos hacen los negocios con nuestro esfuerzo y con las cuotas que pagamos en cada boleto para recibir malas atenciones, desplantes de los guardias privados que pueden hacer todo tipo de negocios y transas, contrabandear, pasar drogas e indocumentados, y para que vean que son eficientes, nos joden la vida a todos los viajeros esculcando y revisándonos como si fuéramos maleantes…
Parafraseando que “el león piensa que todos son de su condición…”, lo dicho, los mexicanos trabajamos y los recursos que supuestamente deben ser de todos, se utilizan para hacer los negocios privados y beneficiar a unos cuantos.