
“Ganó” el narcopanista vicioso José Antonio Ochoa | El estrepitoso “fracaso” de Andy y José Ramón Enríquez
- “Ganó” el narcopanista vicioso José Antonio Ochoa.
- El estrepitoso “fracaso” de Andy y José Ramón Enríquez.
Pese a sus antecedentes de corrupción, opacidad, ineptitud y sumisión total al narcogobernador priista, Esteban Villegas Villarreal, este 1 de junio el narcopanista vicioso José Antonio Ochoa obtuvo el “triunfo” y consiguió su reelección como alcalde de Durango.
El que durante su trienio haya saqueado el erario a manos llenas; haya tenido una gestión por demás mediocre y haya despedido de manera injustificada a dos centenares de trabajadores para contratar a operadores políticos que lo apoyaran en su campaña para conseguir votos y haya sido apoyado abiertamente por los poderes fácticos y las instituciones de “seguridad” estatales y municipales, que ejercieron una feroz persecución policíaca contra algunos dirigentes y simpatizantes del partido Morena con la complacencia sospechosa de la Guardia Nacional, no importó para que sus electores le dieran su voto, y tampoco importó para que las autoridades del rubro registraran los delitos electorales cometidos por este bribón, al que le fueron obsequiados otros tres años de rapacerías en perjuicio del pueblo duranguense.

Pero la duda ante el absurdo queda y hace que nos preguntemos: ¿por qué un sujeto con un alto perfil delictivo y comportamiento ridículo es “elegido” por la ciudadanía teniendo en las boletas electorales otras opciones a simple vista muy superiores?
¿Qué factores intervinieron para que este narcopanista vicioso “ganara” este proceso electoral y se convirtiera en el candidato natural del prianismo para la gubernatura en 2028?

Esta inverosímil ascensión del payasito bailarín de la pirinola va de la mano con la estrepitosa “derrota” del morenista José Ramón Enríquez quien, ahora trasciende, al parecer hizo una campaña para no ganar.
De acuerdo a fuentes internas del partido Morena, parece que de manera deliberada no hubo la organización necesaria ni profesional del equipo de campaña de José Ramón Enríquez para enfrentar un proceso electoral como el que se vivió en Durango: “Desde antes del inicio de la campaña, tanto el secretario de Organización del partido Morena, Andy López Beltrán, como el candidato José Ramón Enríquez rechazaron integrar a su equipo a un grupo importante de militantes que tienen basta experiencia en procesos electorales y conocen a la perfección todo el territorio electoral del municipio de Durango, argumentando que el equipo con el que contaban (constituido en buena parte por militantes foráneos) era suficiente para enfrentar al prianismo local, representado por José Antonio Ochoa”, comenta la fuente.

“En dos ocasiones, Andy López Beltrán y José Ramón Enríquez rechazaron a este grupo de compañeros que demostraron su capacidad en las elecciones de 2024”, revela la fuente.
Independientemente de que Andy López Beltrán y José Ramón Enríquez se sintieran autosuficientes con su equipo de militantes provenientes de otras entidades del país, que quieran o no desconocían el territorio electoral y la idiosincracia duranguense, ¿Qué otras razones tuvieron Andy López y el oftalmólogo para no sumar a su equipo a tan valiosos elementos?

Alrededor de las 3 de la tarde del 1 de junio, cuando comenzaba a trascender en las redes sociales la tendencia desfavorable y la penosa “derrota” que dejó al galeno morenista no en segundo lugar ¡sino en el tercero!, después del emecista Francisco Franco, integrantes del equipo de José Ramón Enríquez intentaron filtrar a las redes sociales la especie de que el delegado de la secretaría de Bienestar, Jhonatan Jardines, habría operado a favor del emecista Francisco Franco, quien es fiel a los intereses del narcogobernador priista Esteban Villegas.
En pocas palabras, querían (y quieren) endosarle al delegado de Bienestar, Jhonatan Jardines, la aparente “derrota” de la que solo ellos son responsables.

Como se sabe, el delegado de Bienestar, Jhonatan Jardines, cercano a la presidenta Claudia Sheinbaum, ha sido atacado sistemáticamente por el gobierno de Durango, encabezado por el narcogobernador priista Esteban Villegas, a través de sus televisoras oficialistas, con la intención de que este sea destituido.
Y las dudas vuelven a surgir: ¿por qué culpar a Jhonatan Jardines de la “derrota”? ¿Por qué Jhonatan Jardines apoyaría con personal de la delegación de Bienestar al candidato emecista, Francisco Franco, incondicional del gobernador que ha querido destruirlo políticamente desde que tomó posesión de su cargo? La acusación es por demás absurda y pudiera tener un trasfondo muy escabroso.

Estas dudas y el libre actuar de los poderes fácticos y las policías estatal y municipal de Durango para beneficiar al narcocandidato panista José Antonio Ochoa, sin que intervinieran de manera enérgica la Guardia Nacional y el Ejército, ponen en entredicho el “triunfo” del narcopanista José Antonio Ochoa y la “derrota” del morenista José Ramón Enríquez, quien, por lo demás, se ve muy difícil que vuelva a “competir” en otra contienda electoral.
Y hasta aquí nuestra Tarde de perros con narcoalcaldes “triunfadores” y candidatos morenistas que no ganaron las elecciones porque por algunas razones no quisieron.