Durango: Las elecciones pactadas por Andy
Fernando Miranda Servín
Lo que sucedió el pasado 1 de junio en Durango fue lo más vergonzoso que ha vivido esta entidad en toda su historia en un proceso electoral. En Durango, hay que decirlo con todas sus letras: se vivió una elección pactada entre el más que cuestionado Andy López Beltrán y el narcogobernador priista corrupto Esteban Villegas.
Este contubernio, obviamente, se dio desde antes de que comenzara el proceso electoral y se manifestó abiertamente el 1 de junio durante las votaciones, con la complicidad del gobierno federal encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.
Y es que esta mafia de “políticos” son tan obvios que dejaron evidencias regadas por todo el estado de Durango, sobre todo en la capital de esta entidad, en la que Andy López y el candidato morenista a la alcaldía, José Ramón Enríquez, “extrañamente” no permitieron que se integrara a su campaña un sector del partido Morena muy capacitado en contiendas electorales. Es decir, ya tenían planeada una campaña para perder.
La bajísima votación que obtuvo el partido Morena en casi todos los municipios, especialmente en la capital, es otra evidencia del pacto entre Andy López Beltrán y el narcogobernador priista Esteban Villegas, pues deja claro que quien fue el principal “estratega” morenista no movilizó deliberadamente a la estructura electoral de Morena en Durango, esa estructura que en los últimos procesos electorales obtuvo resultados más que positivos. Además de esto, Andy López consintió la traición del senador corrupto, Gonzalo Yáñez, cacique del Partido del Trabajo en Durango, partido que en las elecciones de 2022 obtuvo 24,843 votos en el municipio de Durango y en estas elecciones de 2025 obtuvo “extrañamente” ¡6,406!
Una cosa más que delató el descarado contubernio entre Andy López Beltrán, el gobierno federal y el narcogobernador priista Esteban Villegas, fue la intervención directa de las corporaciones policíacas estatal y municipales para hostigar a la militancia y simpatizantes morenistas e inhibir el voto hacia este partido; esto, a pesar de la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército, cuyos mandos, por lo que se vio, traían instrucciones de no neutralizar a los cuerpos policíacos que actuaron fuera de la ley.
Buena parte de los 52,037 votos que obtuvo el candidato del partido Movimiento Ciudadano, Francisco Franco en el municipio de Durango, “de manera sorpresiva”, son los votos de los petistas de Gonzalo Yáñez que fueron transferidos al Movimiento Naranja con el consentimiento de Andy López Beltrán y el financiamiento del narcogobernador priista Esteban Villegas.
Otro dato muy relevante es que en la capital de Durango hay 180 mil beneficiarios de los programas sociales del gobierno federal encabezado por Claudia Sheinbaum. De acuerdo a fuentes de la delegación de Bienestar en Durango, toda la estructura de esta dependencia que maneja los programas sociales fue ofrecida a Andy López Beltrán y al candidato José Ramón Enríquez desde antes de que comenzara el proceso electoral, y ambos personajes se negaron a aceptar este apoyo que hubiera cambiado por completo los resultados de la elección en la capital de Durango.
Estos “errores” deliberados cometidos en la elección del municipio de Durango, indudablemente dejaron extraordinarios dividendos para Andy López Beltrán, para el oftalmólogo Enríquez y para la misma presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, pues este descalabro autoinfringido le dejó libre el camino al narcogobernador priista Esteban Villegas para imponer a su panista vicioso sumiso, José Antonio Ochoa, como alcalde reelecto de Durango y como próximo gobernador de esta entidad. La única incógnita que nos queda es la siguiente: ¿A cuántos miles de millones ascendió la transacción para que Andy y compañía aceptaran realizar este pésimo montaje?
Los 40, 271 votos obtenidos por el morenista José Ramón Enríquez representan el fin de sus andanzas electorales, un retiro sin duda alguna feliz, y los 89,353 votos obtenidos por el narcocandidato vicioso panista José Antonio Ochoa significan una patente de corso para que este personaje ridículo siga obedeciendo las órdenes de su patrón, el narcogobernador priista Esteban Villegas, para saquear a diestra y siniestra el erario duranguense durante los próximos 9 años.