
Un tal Jhonatan y una tal Lulú, ¿más poderosos que Claudia y Andy?
Fernando Miranda Servín
Conforme pasan los días van emergiendo más datos sobre lo que podría considerarse la estafa electoral más grande de los últimos tiempos en Durango. Y no es casualidad que en este burdo entramado el principal protagonista haya sido el traficante de influencias más prominente de México: Andy López Beltrán.
Este personaje, también conocido por estar involucrado en la red criminal de huachicoleo fiscal que durante el sexenio pasado provocó un boquete a las finanzas nacionales de por lo menos 554 mil millones de pesos, llegó a Durango a “coordinar” la campaña electoral de su partido Morena para las presidencias municipales, pero una vez que se supieron los raquíticos resultados que obtuvo el pasado 1 de junio, comenzó a surgir información proveniente de las mismas filas morenistas y de las delegaciones federales, especialmente la de Bienestar, que indica que estas elecciones fueron un burdo montaje en el que el más beneficiado económicamente habría sido el mismo Andy López, quien traicionó a la militancia y simpatizantes de su partido Morena.

Despótico, hermético y alejado del electorado, a Andy López pocas veces se le vio en las calles de los municipios de Durango y mucho menos se expuso a los reporteros que cubrieron la fuente, pero los resultados y lo que sucedió alrededor de este proceso electoral hablan mucho del papel que desempeñó el hijo pródigo del más habilidoso político electorero que ha habido en México: Andrés Manuel López Obrador.
Sí, Andy es heredero de los colmillos retorcidos de su padre, a quien acompañó en infinidad de contiendas electorales a lo largo y ancho del país, prácticamente desde que era niño. Por eso es muy poco creíble y de risa que en estas elecciones del 1 de junio un narcogobernador ordinario como el priista Esteban Villegas le haya ganado la partida y haya obtenido “triunfos” en la mayoría de los municipios de Durango, sobre todo en la capital de esta entidad.

Y fue precisamente en la capital duranguense en donde Andy dejó más marcada su firma. Hoy, los mismos militantes morenistas y altos funcionarios de delegaciones federales en Durango, muy molestos por los resultados obtenidos por Andy en la capital, filtran más información sobre lo sucedido en estas recientes elecciones: “Desde el mes de mayo, un mes antes del 1 de junio, Andy López Beltrán y José Ramón Enríquez sabían que no tenían estructura electoral suficiente para cubrir lo más elemental, que era tener representantes en todas las casillas del municipio de Durango. Varias veces funcionarios de la delegación de Bienestar les ofrecieron apoyo, pero se negaron a recibirlo. El día de las elecciones más del 40 por ciento de las casillas electorales no tenían representantes de casilla de la coalición Morena-Verde-PT. Esto lo hicieron de manera premeditada, pues la estructura electoral siempre estuvo a la disposición de Andy”, revela la fuente.
De igual manera, hoy trasciende por esas mismas fuentes morenistas que desde un mes antes del 1 de junio en el cuarto de guerra del candidato morenista a la alcaldía de Durango, José Ramón Enríquez, ya sabían que estaban ocupando el tercer lugar en las preferencias electorales, “pero Andy y el doctor Enríquez decidieron pagar encuestas que posicionaran al doctor, falsamente, en el primer sitio, en lugar de reforzar su trabajo de campo y su estructura electoral”, apunta la fuente.

Hoy, integrantes del primer círculo de José Ramón Enríquez insisten en culpar de la “derrota” al delegado de Bienestar, Jhonatan Jardines, y a la dirigente estatal de Morena en Durango, Lourdes García Garay, a quienes también un grupo de militantes morenistas no identificados han señalado a través de un comunicado como los responsables del grave descalabro electoral que este partido sufrió o se autoinfringió este pasado 1 de junio, calificándolos inclusive de traidores al Movimiento de Regeneración Nacional, haciéndolos parecer como personajes con mucho más poder que la misma presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, y que el dueño de Morena, Andy López. Algo que es totalmente absurdo.
Lo cierto es que, de acuerdo a fuentes de la delegación de Bienestar, el titular de esta dependencia, Jhonatan Jardines, “por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum siempre ofreció apoyo a Andy y al doctor Enríquez, pero estos se negaron a recibir ese apoyo”.

En cuanto a la dirigente de Morena en Durango, Lourdes García Garay, es innegable que en este proceso electoral actuó obedeciendo las órdenes del dueño de este partido, Andy López Beltrán.
Es obvio que si un funcionario como Jhonatan Jardines desobedece una orden presidencial a los cinco minutos es destituido, pero Jhonatan Jardines continúa en su cargo.
Respecto a la dirigente de Morena, Lourdes García Garay, Andy López seguramente ya tenía información de que desde que tomó posesión de su cargo como dirigente estatal de Morena, en 2022, ha servido a los intereses del narcogobernador priista Esteban Villegas. Hasta el momento, Lourdes García Garay también permanece en su cargo.

Hay registros estadísticos que demuestran que este partido solo utiliza sus estructuras electorales al 100 por ciento en las elecciones federales, para asegurar sus posiciones en la presidencia de la República, en el Senado y en la Cámara de Diputados, negociando con el gobernador en turno las diputaciones locales y alcaldías; en esta ocasión iba a ser la excepción, pero Andy y el candidato Enríquez “por algunas razones” no quisieron usar al 100 por ciento esas estructuras electorales, por lo que esta negociación con el narcogobernador priista Esteban Villegas debió haber sido muy significativa financieramente, pues la alcaldía de Durango representaba un boleto automático a la gubernatura de esta entidad en 2028.

Mientras tanto, a diferencia de la candidata morenista a la alcaldía de Lerdo, Flora Leal, quien está protestando ante las autoridades electorales por los atropellos que sufrió ella y su equipo de campaña durante las votaciones del pasado 1 de junio, el candidato a la alcaldía de Durango, José Ramón Enríquez, ha hecho un mutis total de la escena pública, a pesar de los múltiples delitos electorales y anomalías graves que sucedieron a lo largo y ancho del municipio de Durango durante la jornada electoral.
Al final de esta “contienda”, Andy deja una estela fétida de corrupción que solo perjudica a la ciudadanía, que tendrá que seguir soportando los saqueos al erario que cotidianamente perpetra el narcoalcalde panista reelecto, José Antonio Ochoa, un tipo vicioso, sumiso, sin escrúpulos y muy obediente de las órdenes de su patrón, el narcogobernador priista Esteban Villegas.