
Sahuatoba: pulmón asediado por la negligencia municipal
Sofía García
En Durango, el Parque Sahuatoba es más que un simple espacio verde: es el último pulmón natural que la ciudad tiene para respirar, un resquicio de oxígeno que ahora se ve acorralado por la omisión oficial. Mientras los vecinos y activistas llevan años pidiendo que se delimite y proteja este parque, la administración municipal de José Antonio Ochoa ha jugado a la política del “ya veremos”, permitiendo que los intereses privados y la desidia oficial vayan cercenando un patrimonio natural.
No se trata de un simple parque, se trata del único refugio verde que queda en una ciudad que crece sin planificación, donde los industriales ya miran de reojo cualquier metro cuadrado susceptible de convertirse en cemento.
Los colectivos ambientales, desde Ambientando Durango, hasta las asociaciones vecinales, han hecho denuncias que el gobierno de Ochoa Rodríguez ha ignorado para lograr acuerdos que le permitan vender parte de ese pulmón. Y es que la omisión es una forma de ceder terreno. Mientras no haya una delimitación clara y no se construya una barda que proteja ese pulmón, el parque seguirá siendo presa fácil del crecimiento voraz.
Ya hay desarrolladores que levantaron la mano, Sahuatoba es la zanahoria frente a los ojos de quienes ven en él una futura expansión urbana.
La capital duranguense es un punto clave en el corredor industrial del norte, y cada metro cuadrado sin resguardo se convierte en un imán para las constructoras. Así que no se trata solo de negligencia, sino de convertir un parque en un botín que ya está en la mira no solo de las inmobiliarias, incluso del propio Toño Ochoa.
PVEM: DEL DISCURSO AMBIENTALISTA AL HUACHICOL DEL AGUA
En Chalco, donde conseguir agua es una batalla diaria, la detención de un regidor del PVEM exhibe la fractura ética de un partido que presume defender recursos naturales mientras uno de sus representantes operaba una red para robar, desviar y vender ilegalmente el líquido. Christian Jesús ‘N’, alias “Jimmy”, sexto regidor, cayó junto con dos cómplices en la Operación Caudal, un despliegue que reveló cómo intervenían tomas oficiales, desviaban el suministro y manejaban un circuito de pipas, cobros clandestinos y extorsiones disfrazadas de “gestión sindical”.
Todo esto ocurre bajo la administración de la presidenta municipal Abigail Sánchez Martínez, en una entidad marcada por tandeos y escasez, mientras un servidor público convertía un derecho humano en negocio. La estructura criminal operaba mediante organizaciones que simulaban ser sindicatos -entre ellas el llamado Sindicato 22 de Octubre– creados para manipular la red hidráulica y controlar la distribución. Las pipas ajenas eran sometidas, las purificadoras obligadas a comprarles y colonias enteras quedaban bajo su dominio. Y según voces internas del ayuntamiento, Sánchez Martínez lo sabía.
Nos vemos a las 8 por el 8 de TV
POR SOFÍA GARCÍA
COLABORADORA
@SofiGarciaMX
(El Heraldo de México)
