Columbus y Pancho Villa

Pancho Villa en Ojinaga, Chihuahua, en 1913.
Pancho Villa en Ojinaga, Chihuahua, en 1913.

Sócrates Campos Lemus.

El día miércoles 9 de marzo, en el diario La Jornada apareció un fragmento de la obra “Pancho Villa: Invasión punitiva/revolución intervenida”, sobre lo que verdaderamente representó esa incursión en el destino de México: el más grande robo encubierto del siglo XX. Una obra del Museo Casasola y Carlos U. Vigueras, publicada a los 100 años de la expedición punitiva contra Pancho Villa.

“Pancho Villa: el silencio fragmentó el tiempo, pero no los trucos de la dominación continental. Pancho Villa cabalga sobre su Siete Leguas como un fantasma atormentado después de un siglo de espera para que se abran los archivos secretos de E.U., para mostrarnos que la expedición punitiva no fue otra cosa que una invasión punitiva en busca de apropiarse de más recursos patrimoniales de México y no de una persecución en su contra”, dice en su introducción.

Pocos conocen los agravios constitucionales y del derecho internacional cometidos CONTRA LA SOBERANÍA DE LOS MEXICANOS, así como las violaciones y atrocidades perpetradas en esta invasión militar que cambió el destino de México. Especialmente porque nadie ha enjuiciado a los responsables del que podría considerarse el más grande robo encubierto del siglo XX. Despojo que terminó de desnacionalizar más territorios y los principales recursos patrimoniales de la nación azteca. Ello mediante la distracción o simulación de una supuesta persecución en territorio mexicano contra el Centauro del Norte durante 11 meses. Esto, como parte de una invasión militar planeada estratégicamente en pleno desarrollo de la Revolución Mexicana, empalmada a la Primera Guerra Mundial, que le permitió al CÁRTEL DEL GOLFO ANGLOSAJÓN apropiarse libremente de hidrocarburos, minerales y metales destinados a satisfacer las demandas de esa guerra en curso, además de reiniciar la contrarrevolución de 1913, misma que fue rematada con las invasiones de 1914-1916 y 1917, que han blindado y ocultado hasta ahora los despojos patrimoniales infringidos al pueblo de México y a su más de un millón de personas que murieron en la inducida Revolución Mexicana. Sin embargo, los archivos siguen sellados. En la memoria colectiva de los dominadores y dominados perduran los trucos para anestesiar sus conciencias en una indisoluble vecindad con abismales asimetrías.

En este caso, se trató de justificar y premiar una invasión contra un país con supuestos bandidos que “alteraban la paz fronteriza” y ponían en riesgo la “seguridad nacional” del país más expansionista del orbe. Tal como sucede hoy al diseñar en Columbus un parque y un museo con el nombre de Pancho Villa, pero con el truco de glorificar al ejército invasor, a sus principales jefes militares y, por supuesto, dedicado a exaltar los valores intervencionistas. Estos propósitos están inscritos en el programa de dominación continental vigente. Así, se explica cómo se ha castigado a un país rico en recursos, pero pobre y frágil para defender su soberanía e independencia.

Columna de infantería del ejército norteamericano buscando a Pancho Villa en la Expedición Punitiva.
Columna de infantería del ejército norteamericano buscando a Pancho Villa en la Expedición Punitiva.

El museo en mención pareció ser un gran museo de Pancho Villa en E.U., pero no lo es. El truco fue tan bueno que historiadores, académicos, pseudo intelectuales y público en general lo creyeron así, luego de que también cientos de libros publicados sobre Pancho Villa reforzaron el cuento de una ingenua y amigable expedición punitiva pactada entre “buenos vecinos” para ocultar los verdaderos propósitos de la persecución: depredación y dominación.

Previamente, la imagen depredadora e intervencionista de E.U., era terrible, ya que los mexicanos no olvidábamos que en la invasión de 1847-1853, ya habíamos perdido más del 54% del territorio nacional, así que esta invasión, con el pretexto de perseguir al “bandido” de Pancho Villa, solamente encubría el despojo y el robo de inmensos recursos que se desviaron a los intereses de la Primera Guerra Mundial; así, las grandes corporaciones petroleras y financieras de E.U., ya manipulaban los destinos del país, y ahora, con el cuento del famoso museo se hacen las cabalgatas donde mexicanos y norteamericanos hacen un juego de este terrible episodio, ocultando los intereses trasnacionales e intervencionistas de E.U., contra nuestro país, donde bien señala el autor, violan la soberanía nacional, ya que los mexicanos siempre hemos sido débiles para defender la soberanía y la independencia, hoy más que nunca lo vemos cuando el despojo y venta de los recurso naturales que pertenecían a los mexicanos se han puesto en venta, y el saqueo de los intereses de las grandes corporaciones que no se calman, sino que mandan a sus perros de presa, como a Donald Trump, para que amenace a los mexicanos con actos de guerra, de violación a los derechos de nuestros connacionales e intervencionismo financiero, amenazando también con secuestrar y robar los recursos de las remesas que los mexicanos envían a sus familiares, destruir los acuerdos comerciales y cobrar por un muro a lo largo de la franja fronteriza. En fin, los actos de guerra y las acciones de Donald Trump no son simples amenazas, son parte de toda una estrategia para romper al país y dividirlo de tal forma que tenga ahora un México del Norte y uno del Sur, gracias a gobiernos entreguistas y desnacionalizados, acompañados con mexicanos acobardados y sumisos…