El cinismo de Apolonio

Fernando Miranda Servín.

Incrustado en el Tribunal Superior de Justicia del Poder Judicial del Estado de Durango desde 1993 como secretario, juez, magistrado y vicepresidente, Apolonio Betancourt Ruiz es designado secretario de Seguridad Pública de 2006 a 2007, durante el sexenio de Ismael Hernández Deras, para en ese mismo año 2007 ser nombrado presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Y desde entonces este funcionario público ha ejercido un cacicazgo que a estas alturas no solamente tiene fastidiados a la mayoría del personal que labora en este tribunal y a no pocos jueces sino a la ciudadanía entera por los abusos de poder que ha cometido, abusos que han llegado al extremo de haber presentado en el año 2013 una iniciativa al Congreso local para reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Durango y poder reelegirse por ¡seis años más! cuando ya había agotado en el cargo los dos períodos de tres años cada uno que dicha ley permitía.

Apolonio Betancourt Ruiz, pretende ejercer un cacicazgo de 12 años al frente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Durango.
Apolonio Betancourt Ruiz, pretende ejercer un cacicazgo de 12 años al frente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Durango.

Así las cosas, y en vísperas de la llegada del gobierno democrático del Dr. José Rosas Aispuro Torres, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Dr. Apolonio Betancourt Ruiz, ha querido recordarle a la ciudadanía duranguense a través de los medios de comunicación que, según la ley (esa ley que él mismo dictó y presentó al Congreso estatal para que la aprobara), tiene derecho a permanecer en su cargo hasta el año 2018.

Perteneciente a esa generación de políticos priístas que durante los últimos dos sexenios han depredado el erario para enriquecerse ilícitamente y han retorcido las leyes para vengarse de sus opositores políticos y encarcelarlos, el Dr. Apolonio Betancourt ha creado toda una escuela para “impartir justicia” en el estado de Durango.

Una de sus prácticas más comunes ha sido la de intervenir en esos asuntos que involucran a sus familiares y amigos para inclinar la balanza de la justicia a su favor, hecho que ya en numerosas ocasiones ha causado la indignación tanto de los afectados como de abogados defensores y de algunos jueces que, a regañadientes y en contra de su voluntad, tienen que acatar las “instrucciones” del Dr. Betancourt a reserva de sufrir inmediatas represalias.

Y de nada sirve que los ciudadanos perjudicados y sus defensores profesionales presenten sus quejas ante el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Durango, pues resulta que el presidente de dicho Consejo es ni más ni menos que el mismo Dr. Apolonio Betancourt.

José Rosas Aispuro Torres, gobernador electo de Durango. “Hay una gran inconformidad de la sociedad por como se ha conducido particularmente el presidente del Poder Judicial del estado y en política los caprichos no pueden existir”, dijo en relación a las declaraciones hechas por Apolonio Betancourt.
José Rosas Aispuro Torres, gobernador electo de Durango. “Hay una gran inconformidad de la sociedad por como se ha conducido particularmente el presidente del Poder Judicial del estado y en política los caprichos no pueden existir”, dijo en relación a las declaraciones hechas por Apolonio Betancourt.

Bajo la administración del Dr. Betancourt, en los juzgados del Tribunal Superior de Justicia se volvió un hecho común acusar a los ciudadanos y a sus abogados defensores de falsificar firmas cuando así conviene a los intereses aviesos de funcionarios públicos y de algunos jueces solapados por el Dr., o por el contrario, dar como legítimas firmas falsas para perjudicar a alguna de las partes involucradas en un juicio.

El extravío amañado de expedientes, la dilatación en los procesos y las marrullerías “jurídicas” han sido constantes en este Tribunal bajo la presidencia del Dr. Betancourt Ruiz, por lo que la ciudadanía piensa más de dos veces antes de acudir a sus juzgados a dirimir algún asunto pues sabe muy bien que de parte acusadora en cualquier momento puede convertirse en acusada e ir a parar a la cárcel.

Otra carga pesada para los contribuyentes ha sido el contubernio deleznable de algunos jueces del Tribunal Superior de Justicia con prestamistas que conjuntamente han despojado a ciudadanos incautos tanto de bienes muebles como de sus casas, utilizando el mismo esquema de las firmas falsas que los jueces reconocen como “legítimas” en los pagarés que los usureros les presentan.

Todas estas arbitrariedades y violaciones a las leyes han sido documentadas con nombres y apellidos de los denunciantes y publicadas tanto en nuestra página web como en algunas ediciones impresas de nuestro medio informativo, al grado que el Dr. Apolonio Betancourt en más de una ocasión ha ordenado a los vigilantes del Tribunal Superior de Justicia impedir la entrada de nuestros voceadores a este recinto público, así como también ha amenazado al personal de los juzgados con despedirlos si se les sorprende leyendo el periódico razacero en el interior del Tribunal.

Hoy, el Dr. Apolonio Betancourt Ruiz, con todo este equipaje de abusos, prepotencia, corruptelas y malos manejos del presupuesto del Tribunal manifiesta ante las cámaras de los canales de televisión locales que “según la ley” tiene derecho a ocupar su cargo hasta el año 2018.

Por ley quizá deba de ser así, pero por vergüenza lo políticamente correcto es que presente su renuncia un minuto antes de que concluya este sexenio, a reserva de que los ciudadanos duranguenses, por miles, se manifiesten en el Tribunal Superior de Justicia y lo saquen a empellones.