La Casa Blanca de Durango: habrá impunidad
Fernando Miranda Servín.
A medida que pasan los días y se establece el nuevo gobierno del municipio de Durango, encabezado por el Dr. José Ramón Enríquez Herrera, postulado por la coalición PAN-PRD, parece evidenciarse no la resistencia a disciplinarse de esos grupos de malos empleados identificados con el anterior gobierno priísta sino la posible existencia de algún tipo de acuerdo con el equipo de transición del reconocido oftalmólogo o con quienes hoy ocupan cargos como titulares de algunas direcciones, pues llama la atención que a buena parte de trabajadores que ostentaron puestos relevantes y hasta directivos de rangos secundarios que tienen antecedentes de corrupción, no solo les están respetando las plazas ilegales que se otorgaron a sí mismos inmediatamente después de que perdieron las elecciones del pasado 5 de junio sino que inclusive no han sido removidos de sus cargos.
Un ejemplo de esto se está dando en una de las principales direcciones de este ayuntamiento, la Dirección de Servicios Públicos Municipales, a cargo del Lic. Héctor Jorge Parra Meléndez. Esta dirección, sin temor a equivocarnos, fue una de las más saqueadas en el anterior trienio en el que fungió como alcalde “El Médico Especialista C”, Esteban Villegas Villarreal, y quizá una de las muestras más claras de la dimensión de la corrupción que se practicó en esta dependencia lo es el asunto de “La Casa Blanca de Durango”, ya del dominio público y dado a conocer por nuestro medio de comunicación el 30 de enero de 2015.
Como lo mencionamos en nuestro reportaje titulado “La Casa Blanca de Durango”, de acuerdo a una denuncia presentada en nuestra redacción por empleados de este municipio capitalino, a finales de 2013 el entonces subdirector y administrador de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, Luis Alberto Escajeda Arce, “comenzó a construir su casa en un predio ubicado en el fraccionamiento Colinas del Saltito, en la calle Circuito Ferrería Núm. 132, con material de construcción extraído de la subdirección a su cargo y con trabajadores del municipio que laboraron en la construcción de este inmueble como albañiles, peones y electricistas. Todas las facturas de las compras de cemento, ladrillos, arena, grava y material para las instalaciones hidráulica y eléctrica fueron cargadas a la Subdirección de Administración, de la que era titular el mismo Luis Alberto Escajeda. Esta casa la construyeron en medio año, de diciembre de 2013 a julio de 2014”, refirieron los denunciantes.
Agregado a este hecho, varios vecinos de este fraccionamiento inclusive presentaron quejas ante la Contraloría Municipal, a cargo de la C.P. Tania Julieta Hernández Maldonado, por las molestias que ocasionaban los trabajadores municipales, sin recibir jamás respuesta.
Posteriormente a estas denuncias, otros trabajadores del municipio de Durango revelaron las identidades de dos funcionarios que estuvieron involucrados en estos hechos delictivos, se trataba del subdirector de Áreas Verdes, Marco Antonio Pérez González, quien “mandó a sus cuadrillas de trabajadores para que laboraran como albañiles en la construcción de ‘La Casa Blanca’, que Luis Alberto Escajeda Arce edificó con recursos de la subdirección de Servicios Públicos Municipales antes de ser despedido en octubre del año pasado (2014).
“Jorge Armando Huerta, el titular de Patrimonio, facturó parte del material para construir ‘La Casa Blanca’ y proporcionaba el parque vehicular para transportar a los trabajadores de la subdirección de Áreas Verdes al fraccionamiento Colinas del Saltito”, manifestaron los empleados municipales entrevistados.
Hoy, el subdirector de Áreas Verdes, Marco Antonio Pérez González, y Jorge Armando Huerta, subdirector de Patrimonio, continúan en sus cargos. Recientemente, dicen trabajadores del municipio de Durango, este par de funcionarios hicieron un comelitón para festejar su permanencia en el nuevo gobierno del Dr. José Ramón Enríquez Herrera.
Luis Alberto Escajeda Arce, aunque fue despedido en octubre de 2014 por el ex alcalde Esteban Villegas Villarreal, este jamás le fincó responsabilidad penal por lo que, hasta la fecha, permanece impune.
“Otro empleado que también se ha enriquecido a costa del erario municipal duranguense es Osiel Partida Favela, encargado de los vales de gasolina. Partida Favela presenta un desfalco millonario en su área. En las pasadas elecciones operó abiertamente a favor del PRI. Le acaban de dar su plaza y permanece en su mismo cargo”, informan trabajadores del ayuntamiento.
Así las cosas, todo apunta a que el asunto de “La Casa Blanca de Durango” permanecerá impune, a pesar de que la misma esposa de Luis Alberto Escajeda Arce, Flora Jazmín Cupich Name, confirmó públicamente durante la pasada campaña electoral que su cónyuge construyó dicho inmueble con recursos materiales y humanos provenientes de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, con el conocimiento del ex alcalde priísta Esteban Villegas Villarreal.
Quizá son muchos los compromisos que el flamante alcalde de Durango, Dr. José Ramón Enríquez Herrera, tiene con la coalición partidista PAN-PRD, pero sería lamentable que por supuestas componendas realizadas por integrantes de estos partidos en el proceso de entrega-recepción o por arreglos especiales llevados a cabo por algunos de los nuevos directores permanecieran en sus cargos este tipo de elementos nocivos, como herencia perniciosa del priísmo corrupto.
La ciudadanía votó por un cambio verdadero y, sin duda, este debe de manifestarse rápidamente, por lo que esta tolerancia y la tardanza en fincar responsabilidades penales a quienes lesionaron el erario de los duranguenses no son aceptables y, en corto, podrían provocar una percepción negativa de esta administración que recién comienza.