La Gobernadora

Fernando Miranda Servín.

Finalmente, el político demagogo que en campaña electoral dijo que no le iba a temblar la mano para castigar a todos los que le hubieran hecho daño al pueblo de Durango, terminó no solo exonerando a los saqueadores del sexenio pasado sino protegiendo a ultranza a los integrantes de su gabinete que durante su administración han asaltado el erario de manera descarada para enriquecerse ilícitamente.

A la ciudadanía no se le engaña y en las redes sociales el comentario más frecuente es que José Aispuro Torres y su élite de bandidos llegaron al poder “con hambre vieja de robar”.

Aispuro Torres fue alcalde priísta de Durango de 2001 a 2004, y no vuelve a gozar de privilegios hasta el año 2012 en que fue ungido como senador de la República representando al PAN, conformando la LXII Legislatura del Senado, una de las legislaturas más corruptas que ha habido en la historia de México pues en ella se dio la famosa entrega de gubernaturas al partido blanquiazul a cambio de que sus legisladores votaran a favor de la reforma energética de Enrique Peña Nieto. Aispuro, por supuesto, fue uno de los beneficiados con este trato sucio.

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El gobernador de Durango, José Aispuro Torres, un mandatario farsante, encubridor de corruptos y facilitador de enriquecimientos ilícitos de familiares y colaboradores cercanos.

En 2016, Aispuro ocupa de nuevo un cargo como mandatario, pero esta vez como gobernador de Durango, y aquí es donde “el hambre vieja de robar” comienza a manifestarse pues a su lado trae a su esposa, Elvira Barrantes, quien desde los primeros minutos del sexenio aispurista, especialmente en el DIF, se manifiesta implacable despidiendo injustificadamente a cientos de empleados pagándoles paupérrimas liquidaciones.

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Elvira Barrantes.

Uno de los primeros personajes que se quejó amargamente de la voracidad del gobernador panista Aispuro Torres y de su esposa fue el ex alcalde saqueador del municipio de Durango, José Ramón Enríquez Herrera, quien en pláticas con políticos y periodistas manifestaba haber sido despojado de los presupuestos del DIF municipal y de Comunicación Social por el gobernador Aispuro, y señalaba la intervención de Elvira Barrantes en este y otros asuntos de gobierno.

Elvira Barrantes, “La Gobernadora”, ya está por terminar el mandato de su esposo, José Aispuro Torres, durante el cual ha cometido todo tipo de atropellos en agravio del pueblo de Durango.

Al más puro estilo de los políticos hampones, Aispuro Torres ha manifestado que no se ha robado ni un centavo; sin embargo, su esposa Elvira Barrantes tejió una red de corrupción bien estructurada para saquear recursos millonarios de todas las secretarías estatales a través de las directoras de administración que impuso desde el inicio del sexenio. Una de las más notorias es la de la secretaría de Salud, Ruth Vázquez Barraza, quien ha sido señalada infinidad de veces por el personal de esta dependencia debido a los actos de corrupción en los que ha incurrido. Los testimonios de los trabajadores son incontables y demoledores: “Ruth Vázquez Barraza subrogó el servicio de lavandería de los hospitales 450 y Materno Infantil a la empresa Lavartex y ahora la secretaría de Salud paga mucho más que cuando operaban las lavanderías de los hospitales”.

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Mercedes Barrantes, “asesora externa” y administradora de facto de los recursos financieros del DIF estatal de Durango, y Ruth Vázquez Barraza, directora de Administración de la secretaría de Salud, deben ser investigadas por instancias federales.

En noviembre de 2018, el gobierno federal realizó una auditoría en la que se detectaron transacciones millonarias ilícitas como la compra de camas de hospital con sobreprecios 10 veces superiores a su valor real, lo mismo en la adquisición de incubadoras, un tomógrafo y equipo médico, “hasta la fecha nunca se supieron los resultados de esas auditorías”, revelan trabajadores de Salud.

La subdirección de Recursos Materiales y la Coordinación de Abastos son piezas clave en los saqueos que se llevan a cabo en esta dependencia pues en ellas se controlan las compras de materiales de curación, licitaciones, inventarios y compras de medicamentos especializados. “El ex subdirector de Recursos Materiales, Manuel Peleato, de la noche a la mañana enriqueció. Llegaba en camión a su oficina y de pronto se compró un vehículo Land Rover último modelo”, denuncian empleados de este sector.

Pero sin duda alguna, entre las pocas empresas favorecidas en el sexenio aispurista la favorita de Elvira Barrantes es Servicios de Alimentación Vizcaya, propiedad de José Luna Herrera. Esta empresa desde abril de 2018 obtuvo de manera ilegal el contrato de Adquisición del Servicio de Suministro de Alimentos Preparados para el Hospital General 450 y el Hospital de Salud Mental Dr. Miguel Vallebueno. “Ahora Servicios de Alimentación Vizcaya tiene el monopolio del suministro de alimentos preparados en todos los centros de salud estatales y en casi todas las secretarías del gobierno de Durango. En el Hospital 450 tenían un contrato por un máximo de 5 mil dietas diarias, pero facturan hasta 8 mil dietas y no suministran ni 2 mil. Esta empresa también tiene monopolizados los servicios de limpieza”, señalan trabajadores del gobierno estatal.

Algunos empleados del Hospital 450 que tuvieron problemas con la empresa Servicios de Alimentación Vizcaya, pues se atrevieron a reclamar su falta de profesionalismo al servir a los pacientes y personal médico alimentos en mal estado, han sido cambiados a centros de salud lejanos.

Una empresa más que es utilizada para realizar grandes saqueos en la secretaría de Salud es la denominada Comercializadora ARMOM, que vende desde camas de hospital y aparatos médicos hasta papel higiénico, todo con sobreprecios exagerados.

“Bajo la administración del Dr. César Humberto Franco Mariscal, Elvira Barrantes le exigía que depositara en su cuenta personal cantidades millonarias. En una ocasión llegaron participaciones federales que ascendían a 7 millones de pesos y a pesar de que estos recursos estaban destinados para la compra de insumos médicos, Elvira Barrantes, a gritos, le exigió al Dr. Mariscal que los depositara de inmediato en una de sus cuentas personales”, denuncia una fuente interna de la secretaría de Salud.

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La secretaría de Salud, una de las dependencias en las que más saqueos ha cometido la élite cercana a Elvira Barrantes.

En la secretaría de Obras Públicas no es un secreto que la mayoría de los contratos son otorgados a empresarios de la construcción sinaloenses, cercanos a Elvira Barrantes.

La empresa Publimark, propiedad de Roberto Jiménez, es la que tiene el monopolio de los servicios de impresión en todas las secretarías estatales. “Son insultantes los sobreprecios que esta empresa le da al gobierno estatal de Durango”, se quejan impresores duranguenses que simplemente no han sido contratados por el gobierno aispurista como lo eran durante las administraciones priístas.

En el DIF, Mercedes Barrantes, hermana de Elvira, aunque aparece como “asesora externa” es la que maneja las finanzas de esta institución. La familia Barrantes en lo que va del sexenio ha adquirido tres lujosas residencias en el fraccionamiento Privanzas, uno de los más exclusivos de Durango, cuyos costos oscilan entre los 6 y 7 millones de pesos cada una.

En la secretaría de Finanzas, de acuerdo a testimonios de trabajadores estatales, quien decide el manejo del erario es el conocido asesor financiero Pedro López Elías, el mismo que prestó servicios similares al ex gobernador saqueador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, quien gobernó esta entidad de 2009 a 2015 y fue encarcelado en 2016 acusado de defraudación fiscal equiparable. La Contraloría General de Sonora detectó daños al erario estatal por el orden de los 30 mil millones de pesos. El Partido Acción Nacional suspendió sus derechos y se desligó de las acusaciones, por lo que no es nada lejano ni descabellado que algo parecido suceda con el mandatario duranguense, José Aispuro Torres.

A un año de terminar el sexenio del político más demagogo y traidor que ha tenido Durango, muchos ex trabajadores institucionales del gobierno estatal despedidos injustificadamente recuerdan que una de las promesas de campaña de José Aispuro Torres fue precisamente la de no despedir a ningún trabajador. Y uno de los principales personajes que fungió como verdugo fue Elvira Barrantes.

“Ella decidió a quién despedir y a quién no, más de un millar de duranguenses se quedaron sin empleo, algunos acusados falsamente de dar información a la prensa sobre las corruptelas que se han cometido en el DIF. Lo mismo sucedió en las compras y licitaciones, Elvira Barrantes durante todo este sexenio ha decidido a qué empresas les otorgan contratos y a cuáles no. Desde que Aispuro tomó posesión de su cargo los trabajadores en las secretarías estatales comenzaron a llamarle ‘La Gobernadora’”, expresan las fuentes.

Ya sin el mismo poder político que tuvo al inicio de su sexenio, desprestigiado y repudiado por muy buena parte de la ciudadanía duranguense, Aispuro Torres se encuentra en una pugna interna con la dirigencia nacional del PAN para imponer a su candidato a la gubernatura, ese que le encubra las tropelías que él y su esposa han cometido. Por otro lado, no es bien visto por el gobierno federal, por haber integrado esa “Alianza Federalista” opositora al gobierno de López Obrador.

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Con un Congreso local dócil, una Contralora incondicional, una Fiscal deshonesta y un Fiscal Anticorrupción de ornato, el gobernador de Durango ha pretendido obtener impunidad para él y los suyos, pero en realidad ya está en la mira del gobierno lopezobradorista.

La pelea por la gubernatura de Durango ya comenzó y después del mes de septiembre de 2022, sea quien sea el próximo gobernador de Durango, lo más probable es que José Aispuro Torres y “La Gobernadora” tengan que rendir cuentas por las atrocidades que han cometido durante este sexenio.