Marina Vitela, La Señora Corrupción

Fernando Miranda Servín.

Lo más sonado que ha hecho Marina Vitela en su carrera política es haber envenenado con pollo podrido a más de un centenar de ciudadanos de la colonia El Consuelo, como alcaldesa de Gómez Palacio, en compañía de su síndico y ahora acérrimo adversario Omar Castañeda. La historia de Marina Vitela es un recuento de bofetadas y traiciones a la ciudadanía duranguense, como colaborar para que se violaran los derechos laborales de sus compañeros trabajadores del ISSSTE cuando fue representante sindical de estos y como diputada local priista en 2007 haber dispuesto ilegalmente de cientos de toneladas de cemento donadas por la Congregación Mariana Trinitaria para los ciudadanos más necesitados de Durango. También, la ciudadanía duranguense no olvida su papel en el Congreso local aprobando con sus compañeros priistas préstamos millonarios solicitados por el exgobernador Ismael Hernández Deras.

Marina Vitela, La Señora Corrupción, con el síndico Omar Castañeda González, cuando eran muy amigos, el 26 de septiembre de 2020 en la Col. El Consuelo envenenando a los ciudadanos con pollo podrido que repartieron como “apoyo alimentario a la población”.

Marina Vitela fue y es parte de la mafia del poder, esa que tanto dice odiar el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y su currículum ahí está a la vista de todos, en donde podemos constatar sus votos a favor de las reformas peñanietistas, como la Energética, la Eléctrica y la Educativa.

Esta lealtad ciega al sistema neoliberal enriqueció sobremanera a esta política acomodaticia, tanto que en redes sociales circula una lista de sus propiedades y lujos que jamás hubiera adquirido con los sueldos que ha cobrado como servidora pública: Una enorme quinta en Lerdo; una residencia con alberca en el fraccionamiento El Campestre, en la ciudad de Durango; una mansión en Torreón, Coahuila (donde se fue a vivir cuando era diputada local, huyendo de la inseguridad que se vivía en Gómez Palacio, como ella misma lo manifestó a los medios locales); un centro comercial y un fraccionamiento en Chihuahua; y los ostentosos viajes a Europa que sus hijas pregonan en las redes sociales.

¿A qué se ha dedicado Marina Vitela? ¿Por qué posee muchísimo más de lo que sus ingresos y su tiempo como representante popular le hubieran permitido obtener?

Marina Vitela, La Señora Corrupción, la priista aunque se vista de guinda, priista se queda.

Su tránsito como priista recalcitrante al partido Morena fue mero trámite teatral pues, en los hechos, Marina Vitela trae metida en la medula ósea la ideología neoliberal voraz y saqueadora que le inculcaron sus padres políticos, Ismael Hernández Deras y Jorge Herrera Caldera, actual dueño de la franquicia de Morena en Durango. Por eso, luego de dejar el PRI en 2018 y ser ungida como diputada federal “izquierdista” por el partido Morena ese mismo año, Marina Vitela contiende y gana la alcaldía de Gómez Palacio en 2019 representando al partido de Andrés Manuel López Obrador, metiendo de inmediato en la nómina municipal a una docena de sus parientes ocupando puestos clave.

Como alcaldesa, Marina Vitela, La Señora Corrupción, comienza a saquear el erario echando mano al presupuesto del programa de Ayudas y subsidios, en complicidad con su síndico, Omar Castañeda González, el cual manejan de manera opaca sustrayendo un promedio de 17 a 20 millones trimestrales (ver reportaje “Los subsidios de Marina Vitela”).

Y parecería que Marina Vitela traía mucha prisa por allegarse fondos ilegales pues también, de manera más que turbia, desvió más de 300 millones de pesos en adjudicaciones directas de 17 contratos a solo dos empresas: Constructora y Comercializadora de Torreón S.A. de C.V., y Proyectos de Infraestructura S.A. de C.V., relacionadas con el empresario Norberto Galindo, quien tiene abiertas más de 70 investigaciones en la Fiscalía General de la República por Extracción ilegal de aguas, Despojo de tierras y Defraudación fiscal.

El síndico Omar Castañeda González, está denunciando en Facebook algunos de los atracos que cometió su comadre Marina Vitela como alcaldesa de Gómez Palacio; las otras fechorías que cometió junto con ella se las calla.

Por lo demás, y en un hecho que resulta patético, hoy su amigo, compadre y cómplice de fechorías, el síndico del municipio de Gómez Palacio, Omar Castañeda González, ha estado publicando en la red social Facebook videos en los que denuncia con lujo de detalles algunos de los saqueos que se perpetraron en este municipio durante la gestión de Marina Vitela, La Señora Corrupción, que van desde las instalaciones fraudulentas de las calderas de las albercas de Filadelfia y San Antonio, que ascienden a más de 4 millones de pesos, hasta sobreprecios millonarios en trabajos inútiles de impresión realizados en la dirección de Comunicación Social, así como el fraude millonario en la supuesta instalación de internet gratuito en un centenar de colonias gomezpalatinas.

Por lo que se ve, las denuncias del síndico Omar Castañeda González en contra de Marina Vitela son apenas la punta del iceberg. Y es que las cosas no terminaron bien entre este par de políticos hampones, y Omar Castañeda, personero incondicional del Señor de las Ligas, René Bejarano, en respuesta porque no fue elegido candidato de Morena a la alcaldía de Gómez Palacio, está revelando a cuentagotas algunas de las muchas tropelías que le sabe a su comadre, y las otras en las que participó con ella por supuesto que se las calla.

A grandes rasgos, y a menos de un mes para que el electorado elija al nuevo gobernador o gobernadora de Durango, este es el panorama con la candidata de Morena, Marina Vitela, La Señora Corrupción, un personaje que toda su vida política, ya sea como diputada local y federal o como alcaldesa, ha tenido que rendirle cuentas a sus verdaderos superiores jerárquicos: los priistas Ismael Hernández Deras y Jorge Herrera Caldera. Y esta vez, como gobernadora de Durango, no sería la excepción.