Gobierno Impopular
GOBIERNO IMPOPULAR.
NADA BUENO QUÉ INFORMAR AL PUEBLO DE MÉXICO
Nunca antes en la historia contemporánea de nuestro país había ocupado la presidencia de la República un personaje tan impopular como Enrique Peña Nieto. Llegado al poder a través de un descomunal fraude electoral consistente en la compra masiva de votos y apoyado por las mafias oligárquicas, Peña Nieto representa la antítesis de un verdadero Jefe de Estado.
A casi un año de gobierno, los resultados que Enrique Peña Nieto entrega a la nación en su primer informe de gobierno son tan triunfalistas como magros ya que en los hechos ha gobernado en contra de las mayorías.
Desde la etapa de transición, en la entrega de la administración calderonista, siendo presidente electo, Peña Nieto apoyó incondicionalmente la primera de las reformas con la que se habría de agredir a la ciudadanía mexicana: la reforma laboral, que hoy mantiene a la clase trabajadora nacional en situación de esclavitud y desventaja total ante la hegemonía patronal, con la legalización de la deleznable practica llamada “outsoursing”, que no es más que la subcontratación de trabajadores que elimina las prestaciones laborales y permite el despido inmediato sin justificación alguna, además de imponer el pago por horas, tope a los salarios caídos y eliminar el derecho de antigüedad.
Otra reforma que Peña Nieto ya llevó a cabo dentro de su gobierno fue la reforma educativa, que comenzó viciada de origen ya que excluyó la participación directa de los principales protagonistas de este sector: los profesores. Dentro de esta reforma se contempla la evaluación educativa, que pondría a los profesores en riesgo de perder sus trabajos en caso de no aprobar las evaluaciones que a su arbitrio pretenda imponer el gobierno federal. Así, la llamada “reforma educativa de Peña Nieto”, no propone un verdadero cambio sustancial en cuanto al desarrollo y aplicación de programas educativos que le darían calidad a la preparación de profesores y alumnos, es más una reforma laboral y administrativa que deja intocados los cotos de poder que siempre han tenido tanto la mafia burocrática de la SEP como el gremio delincuencial que está al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Esta reforma, en los hechos, representa el preparativo para entregar la educación pública al sector privado, adelgazando gradualmente la planta laboral magisterial y dejando en el abandono los planteles escolares de toda la República, estrategia que los gobiernos depredadores neoliberales han aplicado en todas las privatizaciones de las empresas paraestatales: provocar la quiebra de estas para argumentar que solo los capitales privados pueden salvarlas.
Y lo mismo sucede con la reforma energética cuyo fin es poner en manos de intereses extranjeros las principales empresas nacionales, que son PEMEX y la CFE.
En materia financiera lo mismo, Peña Nieto nuevamente golpea al pueblo de México con una reforma fiscal a favor de los dueños del dinero, que tendrán facultades inclusive para encarcelar a los deudores; a esto se suma el inminente aumento al impuesto al valor agregado y a medicinas y alimentos.
En el rubro de seguridad ¿qué puede informar Peña Nieto sino cuentas muy alejadas de la realidad? Nuevamente las acciones de su gobierno se manifiestan en contra de las mayorías omitiendo combatir con efectividad al crimen organizado y coartando a los grupos de autodefensa comunitarios que han formado los habitantes de varias regiones del país que ya están hartos de la falta de respuesta gubernamental en cuanto a seguridad e impartición de justicia se refiere.
En materia de transparencia Peña Nieto dice mucho pero pocos son los resultados que se tienen pues la ley en la materia obstaculiza a la ciudadanía acceder a los datos esencialmente importantes que necesitamos conocer para comprobar que efectivamente los gobiernos estatales y federal están usando correctamente el erario. El avance en la rendición de cuentas claras es nulo.
Con todo lo anterior, Peña Nieto tuvo el desacierto de anunciar en primera instancia que daría su primer informe de gobierno en las instalaciones militares del Campo Marte, con la intención de escudarse tras las botas militares de las protestas de numerosos sectores de la población que han sido agredidos con las políticas erróneas que ha impuesto.
Entre estos sectores inconformes destaca la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, que aglutina a decenas de miles de profesores del D.F., Guerrero, Oaxaca y Michoacán, principalmente, y tiene adeptos en todo el país.
Hoy, la CNTE se ha radicalizado por la falta de respuesta del gobierno federal y la ausencia de resultados en las negociaciones políticas respecto a la imposición de la reforma educativa y ha obtenido apoyo de incontables organizaciones sociales al grado de paralizar las actividades del Congreso y del Senado, así como de provocar el cambio de sede y fecha del informe presidencial, bajo la mirada de una izquierda de utilería, sumisa y tentada a colaborar desde el gobierno del D.F., en posibles actos de represión en contra de este movimiento.
Las protestas sociales, las movilizaciones masivas y el repudio a sus políticas antipopulares son las consecuencias que Peña Nieto tendrá que enfrentar durante todo su sexenio –si no es que renuncia antes- por su falta de oficio político y visión de estadista. Pretender esconderse tras los militares porque sabe que no cuenta con el apoyo mayoritario y la simpatía del pueblo mexicano representa un muy mal augurio para los próximos 5 años de su gobierno.
Y la pregunta surge: ¿de qué nos sirve un presidente que no es capaz de dar la cara y caminar entre nosotros? ¿de qué nos sirve un presidente que no tiene confianza para pararse en la máxima tribuna democrática de nuestro país a rendir su informe de gobierno y propone hacerlo en los cuarteles militares para finalmente darle la espalda al pueblo de México y enclaustrarse en la residencia oficial de los Pinos con su séquito de incondicionales, los oligarcas que lo impusieron en el poder y la partidocracia servil?