Los encarcelables
De la redacción de razacero.
[pull_quote_center]De acuerdo con el Índice Global de Impunidad México (IGIMEX), Durango ocupa el quinto lugar en impunidad a nivel nacional, pero bien podría posicionarse como el primero o el segundo.[/pull_quote_center]
En esta entidad, la clase política priísta lleva enquistada en el poder la friolera de 90 años y, parafraseando al prestigiado periodista lagunense Juan Monrreal López, parecería que las generaciones de políticos duranguenses de este partido ya nacen genéticamente corruptos.
Conservadores pero no practicantes de por lo menos uno de los diez mandamientos de la iglesia de la que la mayoría son feligreses, que reza: no robarás, los políticos priístas siempre han visto y han usado a las instituciones públicas como empresas particulares para hacer negocios y enriquecerse ilícitamente a manos llenas con la confianza plena de que ninguna autoridad los castigará, porque en Durango ellos son la autoridad y ellos son los que controlan esas instancias que deberían de investigar y sancionar los actos de corrupción que cometen los servidores públicos.
Y muchos ciudadanos duranguenses se preguntarán: Luego entonces, ¿estamos gobernados por delincuentes? Pues parece ser que así es, porque en un Estado de Derecho si alguna autoridad superior se dispusiera investigar seriamente los actos de corrupción que estos gobernantes han cometido lo más probable es que tendrían que construir más de un centenar de nuevas celdas en el CERESO Núm. 1 de Durango.
En un sondeo realizado con medio centenar de lectores asiduos de raza cero pudimos clasificar a por lo menos cinco personajes de la política duranguense que sin duda alguna tendrían problemas graves si las secretarías de Gobernación y Hacienda, y la PGR tomaran la decisión correcta de investigarlos, y son los siguientes:
Jorge Herrera Caldera, gobernador del estado de Durango.- Desde el inicio de su sexenio varios de sus colaboradores del área de impartición de justicia se vieron involucrados en actos delictivos graves realizados por el crimen organizado, como secuestros y asesinatos, sin que este mandante tomara cartas en el asunto para castigar a los responsables, como ya ha sido denunciado en prestigiados medios nacionales. Los homicidios de los más de 300 cadáveres hallados en las fosas clandestinas de la ciudad de Durango siguen sin aclararse, además de haber protegido abiertamente el enriquecimiento ilícito de algunos de sus familiares cercanos.
Eduardo Díaz Juárez, secretario de Salud.- Neurólogo de profesión, ha estado a cargo de esta secretaría que la mayoría de los duranguenses catalogan como una de las más corruptas, así como de ser la peor administración en toda la historia de Durango. Este funcionario, por acción u omisión, protege los actos de corrupción que se dan en el otorgamiento de licitaciones y en el desvío de recursos millonarios que han ocasionado en innumerables ocasiones desabasto grave de medicamentos y equipo médico, hecho que constantemente pone en peligro la vida de los derechohabientes.
Antonio Herrera Caldera.- Hermano del gobernador en turno, Jorge Herrera Caldera, este personaje, también conocido como “Don Toño”, al decir del reconocido periodista Juan Monrreal López, es uno de los integrantes que conforman el triunvirato familiar de poder que ha gobernado Durango durante este sexenio, conformado por el gobernador Jorge Herrera Caldera, su hermano Antonio y su primo Rafael Herrera Piedra.
Antonio Herrera Caldera desde el comienzo del sexenio ha desempeñado tareas fácticas teniendo bajo su control absoluto a todas las instituciones públicas educativas del estado de Durango, en las que a base de amenazas y terror ha impuesto a directivos, especialmente en la UJED.
César Guillermo Rodríguez Salazar, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas.- Al igual que el secretario de Salud, este funcionario es conocido por los actos de corrupción que suceden en su secretaría en cuanto a las licitaciones públicas, en las que un grupo muy selecto de empresarios de la construcción son los beneficiarios, aparte de “inflar” desmesuradamente los costos de las obras públicas que realiza. El caso más sonado fue el de la demolición del antiguo edificio de la tienda Sears, trabajo por el cual manifestó haberse gastado más de 15 millones de pesos, cuando el conocido arquitecto duranguense Fernando Andrade Cansino lo refutó en los medios de comunicación locales manifestando que, según sus cálculos, ese trabajo no costaba más de 5 millones de pesos.
Rafael Herrera Piedra.- Primo del gobernador Jorge Herrera Caldera. No ocupa ningún cargo dentro del gobierno estatal, pero durante este sexenio ha usurpado funciones públicas de manera fáctica disponiendo del erario y de un copioso grupo de agentes de la Fiscalía General de Durango que fungen como sus guardaespaldas y mantiene apostados en las propiedades que posee. Este personaje de la noche a la mañana se hizo de una enorme fortuna creando empresas periodísticas y de “imagen” que facturan para el gobierno estatal. Rafael Herrera Piedra se molesta cuando algún ciudadano solicita informes a la oficina de Transparencia estatal sobre los contratos y facturaciones que el gobierno de su primo Jorge Herrera Caldera ha celebrado con sus empresas, y ordena a los encargados de la Unidad de Enlace para la Transparencia que no proporcionen ninguna información a nadie. Rafael Herrera Piedra en este proceso electoral fue el encargado de cooptar a políticos de la “oposición”, especialmente a panistas que hoy militan en el partido Encuentro Social, y a morenistas, para que sirvieran a los intereses del PRI.
Por supuesto que hay muchos más políticos duranguenses que podrían fácilmente engrosar esta lista de encarcelables en Durango, tantos que necesitaríamos hacer una edición especial de 50 o 100 páginas, pero aquí simplemente les mostramos a cinco de los que nuestros lectores consideraron los más destacados.